Más allá de Undiano Mallenco: El seductor Valencia de Prandelli

Guardar

A pesar de la derrota ante el Barcelona, los jugadores hicieron un buen partido. Más allá de aspectos como el mal arbitraje de Undiano Mallenco o la violencia que se vivió al final tras al gol de Messi, es sano referirse a los méritos futbolísticos que ostentaron los blanquinegros.

Garay y Mangala no se hicieron más pequeños ante la grandiosa figura de Messi. En muchos duelos del partido cada uno salió con decisión de la zona central de la defensa y ahuyentó las amenazas. El primer gol del argentino, en cualquier caso, fue más fruto de su talento que de una desconcentración que con Ayestarán era pan de cada día.

Cancelo empezó bien, pero no prosperó. Lo mismo Montoya, que salió en el segundo tiempo. Aunque sobre todos estuvo Abdennour. El tunecino no jugaba hace bastante y a causa de la lesión de Gayà tuvo que defender. Y lo hizo de maravilla al contener al ambicioso Lionel. Sin embargo, aquella es la parte parcial y clara, porque la oscura que pervivirá será el penalti que cometió al final y que frustró sus esperanzas de ser reconocido como un buen elemento.

En el medio, Enzo Pérez y Parejo. El primero nunca sintió miedo —ni siquiera ante Iniesta y Messi— cuando quiso conducir y el segundo fue clave en el gol de Munir. El 10 sabe representar los colores cuando se le necesita. Mario Suárez, en cambio, vivió solo la discreción en su función de pivote. Lo más relevante fue la falta a André Gomes y una recuperación en el segundo tiempo.

Arriba se vivió la revolución y el manifiesto de la inexperiencia. Nani desequilibró, asistió en la segunda diana pero estuvo poco fino cuando fue él el de las oportunidades. Munir fue el autor del empate con una zurda que reventó la portería de Stegen y preocupó a su ex equipo lo suficiente para ser el comienzo de un partido de infarto. Rodrigo, por su parte, siempre se atrevió y fue así como consiguió la remontada momentánea tras definir exquisitamente luego de un pase de Nani. A veces, el hispano-brasileño emite destellos y este fue uno de esos días.

El más bajo de la delantera, y quizás del partido: Santi Mina. En los últimos minutos el gallego pudo construir contragolpes y jugadas con triunfo como objetivo, pero erró y fue lento para pensar. Un asunto que el delantero habrá de mejorar.

La mención especial es para Diego Alves. El brasileño no pudo evitar la derrota de su equipo pero sí la artillería de la MSN en varios momentos del duelo. El portero, que tras el gol de Messi se quedó un buen rato cara abajo sobre el campo, es otro de los referentes valencianistas de este equipo que Prandelli mejora cada vez más.

Archivado en:

Destacados