Brines recibe el Cervantes en su paraíso de Elca

[es:]Los reyes de España entregan la más alta distinción de las letras castellanas al primer valenciano que consigue este reconocimiento[ca:]Els reis d'Espanya entreguen la més alta distinció de les lletres castellanes al primer valencià que aconsegueix aquest reconeixement[:]

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PuigBrines
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El poeta Francisco Brines se convirtió ayer en el primer valenciano en recibir el premio Cervantes. Lo hizo en su finca familiar de Elca en la localidad de Oliva (la Safor). En una situación inédita, por la pandemia y por el delicado estado de salud del escritor de 89 años, los reyes de España entregaron la más alta distinción de las letras castellanas, que tradicionalmente se hace cada 23 de abril, Día del Libro, en Alcalá de Henares (Madrid), personalmente a Brines en el lugar que ha inspirado muchos de sus poemas.

Felipe VI  entregó al escritor la escultura y la medalla acreditativas del Cervantes, en reconocimiento a la poesía "intimista y entrañable" del poeta, uno de los pocos supervivientes de la Generación de los 50, reconocido también con el premio Nacional de Literatura, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Internacional de Poesía Federico García Lorca y el Nacional de la Crítica. Por su parte poeta regaló al rey una edición especial de "La iluminada rosa negra", una antología poética con cuarenta de sus poemas, prólogo de Carlos Marzal, y veinte serigrafías originales del artista Antonio Martínez Mengual firmadas a mano, uno de sus libros más preciados.

El acto institucional se celebró en el interior de la vivienda de Brines, en una ceremonia íntima a la cual asistieron una decena de personas, entre las cuales estaba también el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes; el presidente de la Generalitat, Ximo Puig; el director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado; la directora general del Libro, María José Gálvez; y la sobrina del escritor, Mariona Brines. Todos los asistentes comentaron que el poeta de Oliva se sentía "feliz y emocionado", hasta el punto que le había costado conciliar el sueño en los últimos días. "La emoción perdura y lo tiene días sin dormir, abrumado por el reconocimiento y las muestras de aprecio que ha recibido, según explicó Puig en los minutos previos a la entrega del galardón.

Mediterraneïtat e itinerario anímico

Así mismo, el presidente destacó que se trataba de un reconocimiento merecido a "una persona y un poeta extraordinario". El jefe del ejecutivo valenciano también se emocionó al destacar que por primera vez que se galardona con el premio Cervantes la obra de un escritor valenciano, al cual calificó de "poeta universal, pero con raíces". Durante su intervención, Puig agradeció "todo el que nos da y nos continúa dando" Brines, asegurando que su obra poética "genera paz, libertad, convivencia, valores asociados a la racionalidad, a la ilustración y a los sentimientos".

Así mismo, señaló que Francisco Brines es una persona "totalmente agradecida", de quien hay que descubrir "toda su aportación filosófica", y que ha sabido reconocer la labor que tuvieron sus padres permitiéndole dar "vía libre" a su vocación de poeta "en un tiempo en que no era fácil tomar esas decisiones". Finalmente, el presidente valoró que la entrega del Premio Cervantes se realizara en Elca, puesto que "Brines es este espacio, este paisaje, es mediterraneïtat y forma parte de nuestro itinerario anímico, espiritual y paisajístico", indicó.

Por su parte, Àngels Gregori, presidenta de la Fundación Francisco Brines, resaltó la emotividad del acto y la comparó con "las últimas palabras de una carta de amor escrita durante ochenta y nueve años". "Aquí todo tiene sentido: una manera de vivir, de ser, de estar en el mundo y poner emoción en el paisaje valenciano. Que se haya hecho posible este acto aquí en Elca da sentido a su obra y Brines está muy emocionado", expresaba quién con tan solo diecinueve años creó El Festival Internacional de Poesía de Oliva (Poefesta). Hay que recordar que la Fundación Francisco Brines, con el patrocinio de la Generalitat Valenciana y del Ayuntamiento de Oliva, ha convocado, este año, el I Premio Internacional de Poesía Francisco Brines, que se concederá anualmente en dos modalidades, castellano y valenciano.

Una trayectoria largamente premiada

Tal como puede leerse en la página web de la Fundación, la trayectoria de Brines mereció el reconocimiento de la crítica y el público desde el primer momento, puesto que con su primer libro "Las brasas" (1959), donde se aprecia la influencia de Juan Ramón Jiménez i Antonio Machado, obtiene el premio Adonais, que le permite convertirse en el que siempre había soñado, ser poeta. Años después, en 1966, recibiría el premio Nacional de la Crítica por "Palabras a la oscuridad", libro que vendría a confirmar su plena instalación en el género poético; a la vez, aparecería en su obra otro poeta sustentador: Luis Cernuda.

Francisco Brines está considerado como un representante de la poesía íntima y elegíaca de la segunda generación de la posguerra, denominada de los 50. Entre toda su producción hay que destacar "El otoño de las rosas" (1986), por haber sido el libro de poemas mejor acogido por la crítica y los lectores. Su última obra," La última costa" (1996), fue elegido libro del año, recibiendo por ella el premio Fastenrath. En 2001 fue nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua, ocupando la butaca X mayúscula, y tomó posesión el 21 de mayo de 2006. Y en el acto inaugural del curso académico 2001-2002 de la Universitat Politècnica de València fue investido Doctor Honoris causa. En 1988 adaptó la obra de Calderón, "El alcalde de Zalamea", que, bajo la dirección de José Luis Alonso, representó la Compañía Nacional de Teatro Clásico.

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