- Cifra histórica de profesorado para el curso 2018-2019
- Una decena de centros de la Comunitat Valenciana ofertarán religión islámica y evangélica
Miles de estudiantes de la Comunidad Valenciana vuelven, hoy, a las aulas para dar comienzo al nuevo curso escolar. Un curso que llega cargado de novedades, que buscan mejorar la atención al alumnado, proporcionando a los docentes una serie de herramientas y mejoras en sus condiciones laborales enfocadas a conseguir esa innovación educativa y una atención individualiza por la que ha trabajado el Govern del Botànic.
El conseller de Educación, Vicent Marzà, junto con el Secretario Autonómico de Educación, Miquel Soler, hicieron un balance de cómo había evolucionado el ámbito educativo a lo largo de estos últimos años, y en el que hicieron hincapié en las mejoras dentro de las aulas. Así, uno de los cambios más significativos ha sido la creación de 1.801 nuevas unidades educativas en Infantil y Primaria, que han contribuido a la reducción del número de alumnos por clase, que ha alcanzado lo 21,9 frente a los 25,2 alumnos por clase a los que se llegó en la última etapa del anterior equipo de Gobierno. Concretamente, los datos demuestran que el 90% de las aulas de Primaria estarán por debajo del ratio máximo de 25 alumnos, y un 97% de las aulas de la ESO por debajo del ratio máximo de 30 alumnos.
Sin embargo, éstas no son todas las novedades que se implantarán en este nuevo curso escolar. Y es que desde la conselleria de Educación se han propuesto otorgar a los centros una mayor libertad horaria, organizativa y de gestión económica para que puedan distribuir las horas de coordinación, planificación e implantación de metodologías más innovadoras en función del alumnado. Pues, tal y como explica Soler, “si cada alumno es diferente y tiene unas necesidades, cada centro también es diferente”.
En este sentido, se ha apostado por nuevas dinámicas de aprendizaje en los institutos, como el trabajo por proyectos interdisciplinares, las sesiones de refuerzo de conocimiento de todas las áreas o las sesiones de profundización de conocimientos porque “no es necesario introducir una nueva asignatura cada vez que haya un conocimiento nuevo”. Asimismo, también se ha dado más flexibilidad a los centros para que distribuyan las sesiones de competencia comunicativa en inglés, valenciano o castellano. De esta manera, las escuelas tendrán que moverse entre un mínimo de una hora y un máximo de tres horas y media por semana, mientras que en los institutos será de una hora por semana como mínimo.
La religión en los centros educativos
Ha saltado, de nuevo, la polémica con la enseñanza de la religión en los colegios públicos. Y es que Marzà ha anunciado que, a partir de octubre, una decena de centros educativos de la Comunidad Valenciana ofertarán, además de la religión católica, la religión islámica y la evangélica. Una obligación que les marca el acuerdo que firmó el Estado español, en los años 90, con diversas confesiones en el que se comprometían a impartirlas siempre y cuando hubiese demanda.Se trata de un programa piloto que ha generado opiniones encontradas. Marzà ya ha explicado, en varias ocasiones, que si fuera por él “no habría ninguna asignatura dedicada a una única religión, pero mientras la enseñanza religiosa no desaparezca de las aulas públicas, hay que cumplir la ley. Estamos obligados a ofertarlo”.
Más inversión por alumno
A pesar de la infrafinanciación que sufre la Comunidad Valenciana, el Govern de la Nau ha continuado con el objetivo de eliminar las desigualdades en el ámbito de la enseñanza. De esta manera, se han impulsado diferentes acciones sociales como la Xarxa Llibres, que cuenta un 13% más de alumnos adheridos que el curso pasado o las Becas Comedor, que en las rentas más bajas sí que cubre la totalidad del coste del comedor, y que, este curso, ha contado con un presupuesto de 71,8 millones de euros.En cuanto al alumnado en el tramo de 0 a 3 años, desde el Govern del Botànic se ha trabajado en la ampliación del número de aulas gratuitas de 2 años, así como en mejorar el Bono Infantil, aumentando el presupuesto hasta los 42 millones de euros y realizando una distribución más equitativa de las ayudas, que han permitido que “familias que no podía escolarizar a sus hijos/as, ahora puedan hacerlo”.