El Ayuntamiento de Ontinyent da un paso más dentro de la apuesta por la salud mental, sumando un nuevo servicio que será presentado este viernes. Se trata del Servicio de Atención y Seguimiento a la Enfermedad Mental (SASEM), puesto en marcha a finales del pasado mas de julio en la ciudad con ayuda de la Generalitat Valenciana.
Este servicio de atención domiciliaria está enfocado a facilitar una atención diurna de apoyo psicosocial a personas con diagnóstico de trastorno mental grave (TMG) o problemas de salud mental grave (PSMG), así como con personas con problemas en cuanto a la adhesión al tratamiento, a la conciencia de sufrir una enfermedad mental, riesgo de marginación o exclusión social.
El servicio trabaja la coordinación interinstitucional con los recursos sanitarios y cuenta con dos psicólogos y una educadora social que prestan servicio inicialmente durante seis meses contando con una aportación autonómica de 46.500 euros. La intención es prorrogar el proyecto hasta 2024 y que éste sea un servicio fijo para dar respuesta a la creciente necesidad de atención a la enfermedad mental existente en la sociedad, y más después del impacto que ha tenido y tiene la pandemia.
El acto de presentación tendrá lugar desde las 19 horas de viernes 8 de octubre en el CIC del barrio de Sant Rafel, y en él se expondrá el concepto de salud mental; el impacto en la salud mental de la pandemia; se explicará brevemente la estructura de los servicios sociales y el concepto del SASEM; así como el perfil de la persona usuaria, el proceso de detección de casos, derivación, objetivos y funcionamiento.
SOLEDAD NO DESEADA
Este nuevo servicio complementa otras iniciativas puestas en marcha por el Ayuntamiento para atender problemas de salud mental, como el Plan para la Prevención de la Conducta Suicida y el Plan para la Lucha contra la Soledad y permitirá reforzar la lucha contra los efectos de la pandemia en las personas.
La concejala de Política para las Personas, Paula Soler, recuerda que "los últimos meses se ha constatado un aumento de cuadros de depresión y ansiedad entre la población adulta. Los problemas derivados de la salud mental son una realidad incómoda, pero este es un momento especialmente importante para hacer una apuesta firme como la que estamos llevando adelante desde el Ayuntamiento, en este caso con ayuda de la Generalitat, para favorecer la recuperación y rehabilitación psicosocial, así como la inclusión social de las personas afectadas".
En este sentido el Ayuntamiento de la capital de la Vall d'Albaida ponía en marcha en 2020 un programa de lucha contra la soledad no deseada de las personas mayores. De manera previa, el Consistorio realizó entrevistas telefónicas y presenciales a las 1.514 personas mayores de 65 años que viven solas y que así están registradas en el padrón municipal, hecho que permitió conocer sus necesidades e informarles sobre los servicios municipales que pueden requerir.
PREVENCIÓN DE LA CONDUCTA SUICIDA
Otro de los trabajos que se realizan en beneficio de la salud mental viene dado por el Plan de Acción Municipal contra el Suicidio, un plan pionero en ciudades similares y que ha incluido varias iniciativas en los últimos meses como la creación de un grupo de trabajo interdisciplinario con el asesoramiento técnico de ADIEM, la elaboración de un manual para el adecuado tratamiento informativo de la conducta suicida en los medios de comunicación o un ciclo de charlas.
"Las administraciones y la sociedad tienen que dejar de dar la espalda a un problema que supone la primera causa de muerte violenta en Ontinyent y en toda España", afirmaba al respeto el alcalde Jorge Rodríguez. Esta iniciativa atiende un problema que se evidencia con los datos replegados por la Policía Local y Nacional al último trienio: 87 tentativas y 6 suicidios consumados en Ontinyent, unos datos que serían mucho más elevadas si se cuantificaron los casos en los cuales no ha habido intervención policial.
El Plan de Acción Municipal contra el Suicidio establece seis ejes de trabajo, incluyendo la creación de un reglamento de actuación ante posibles casos de suicidio o intento; acciones de formación específica a los diferentes sectores profesionales implicados; la creación de un protocolo de comunicación que implica a los medios locales; el impulso a una campaña en redes para atender y dejar de estigmatizar la conducta suicida; la realización de charlas informativas para jóvenes y escolares; y la intervención en lugares estratégicos y espacios donde son más frecuentes las conductas suicidas, como por ejemplo los puentes de la ciudad.