El Mercado de Simat, 60 años dándole vida en el pueblo

El emblemático edificio que aloja el mercado municipal cumple seis décadas con un ligero repunte en su actividad debido a la pandemia

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Mercado de Simat de la Valldigna, visto desde fuera
Mercado de Simat de la Valldigna, visto desde fuera

Seis décadas de barrio, de pueblo. El Mercado de Simat cumple 60 años haciendo hermandad, conectando al vecindario, haciendo vida urbana de calle, dándole vida al comercio y en el centro de la localidad. Luchando contra los nuevos tiempos con proximidad, con complicidad. Ningún gran supermercado podrá dar nunca lo que los tenderos y tenderas de este mercado le dan a la ciudadanía simatera.

Todo empezó en 1961, con la alcaldía de Baldomero Mansanet, cuando se construyó lo que ahora es el edificio que aloja las actuales tiendas del mercado. La tía Eleneta, el tio José, Pepa y Gregòria, el tio Miguel... Antiguamente el mercado lo componían hasta 20 paradas pequeñas. Siempre había movimiento, la mayoría eran lugares de pollos, la fruta y verdura se exponían y venían en medio, se hacían los bocadillos de los trabajadores... Los años 60 y 70 era otra época.

"Ahora es diferente, ya no se mueve tanto por aquí. Hemos tenido etapas buenas, otras más malas, momentos mejores y peores. Primero fue la irrupción de los supermercados en los años 90 y después la crisis de 2008... La vida aquí en el mercado ha fluctuado, pero en general la tendencia es a la baja", confiesa Mari Loles Cabañas, la tendera más veterana del Mercado. Ella es la única quien verdaderamente nos puede hablar del paso del tiempo. Lleva 38 años aquí y justo acaba de cumplir ahora los 60, cómo el Mercado!

A ella esto le vino de familia. Antes que ella, su madre Lola Brines, ya tenía un lugar, y ahora, desde su Lugar 9, donde antes estaba Carmen Selfa, ha sido testigo de una pérdida gradual de clientela. Pero le es igual, ella lo tiene claro: "Tenemos que resistir; aquí damos un trato personal que no dará nadie más. Somos cómo los psicólogos, la gente nos cuenta sus problemas y damos consejos. Somos cómo amigas y vendemos calidad, productos y atención de la casa. Somos insustituibles".

Con motivo de tan señalada efeméride, las tenderas tuvieron una idea: pedir la colaboración de toda la gente del pueblo para hacer una exposición con objetos antiguos que tuvieran que ver con el Mercado. El vecindario se volcó y el resultado es una interesantísima exposición con reliquias tradicionales como las que se ven a las fotos y que estará expuesta hasta el mes de diciembre.

Rosanna Cabañas (hermana de Mari Loles) en la ferretería del Lugar 6 (heredada de su hijo Rubén Ferrero); Marisa Mas al Lugar 1, de la fruteria y verdulería que solo cierra los jueves; el carnicero Robert (hermano de Mari Loles y Rosanna), que abre su Lugar 8 los viernes; Emi Mahiques con su tienda de Miel y Salud al Lugar 3, que abrió hace casi un año; El Parral al 7, Julio el pescater al 5 y la huevera Vicen al 2, que solo abren los miércoles... Todos ellos conforman el Mercado en la actualidad.

Las hermanas Cabañas son optimistas porque dicen que con la pandemia la cosa ha revivido un poco y la edad mediana de los clientes ha bajado. "Ahora viene más gente joven que antes no vendía nunca. La actividad ha repuntado y el 15 de octubre, por ejemplo, vendrán los niños y niñas del cole a ver la exposición, tenemos el cajón solidario de Cáritas, hacemos sorteos de rifa por el Nadal...", declaran con ilusión. Por actitud y motivación no será!

Con este espíritu de positividad solo nos queda desearle a esta parte tan importante y especial del pueblo de Simat que dure muchos años más. Que la vida de barrio no se pierda nunca. Que vayamos a los mercados públicos. Que fomentemos y vivamos el trato personal, la economía de proximidad, los negocios familiares de nuestras calles. Porque la vida es esto: compartir con tu gente historias que perduran décadas y siglos. Vivencias que quedan por siempre jamás.

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