El Museo del Palmito de Aldaia amplía su colección con 237 nuevas piezas

Los depósitos más representativos son 45 abanicos de la compositora Matilde Salvador y 137 piezas de los siglos XIX y XX del caladero Francisco Garrido Haro

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Palmito inspirado en "Blancanieves" expuesto en el Museo del Palmito de Aldaia
Palmito inspirado en "Blancanieves" expuesto en el Museo del Palmito de Aldaia

La colección del Museo del Palmito de Aldaia (MUPA) se ha visto aumentada con la reciente donación, cesión y depósito de 237 nuevas piezas, gracias a las aportaciones de Matilde Asensio Salvador (hija de la compositora Matilde Salvador), Penélope Garrido Milla (hija del caladero de palmitos Francisco José Garrido Haro) y Mireia Fernández Sánchez, Montserrat Navarro Ramón, Amparo Ramón Gisbert, Salvador Folgado Iglesia y Salvador Pascual Nieves.

Con este incremento, los fondos del MUPA superan actualmente los 700 objetos, mayoritariamente palmitos de 15 países diferentes de Europa y Àsia con cronologías que van desde el siglo XVII hasta el XXI.

 

Recuerdos de Matilde Salvador

Entre las novedades destaca el depósito de Matilde Asensio Salvador, que aporta 45 palmitos de su madre, la compositora Matilde Salvador (Castelló de la Plana, 1918-Valencia, 2007), gran amante y usuaria de los abanicos, la cual recibió por su trayectoria artística la Medalla al Mérito Cultural de la Generalitat Valenciana (1997) y la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña (2005).

Algunos de los abanicos de Matilde Salvador son de uso personal y presentan varetatges y países tradicionales elaborados con materiales y pinturas de gran calidad.

Otros palmitos, más sencillos, destacan por el valor histórico-artístico de sus países pintados a mano y que recogen momentos emotivos de la vida artística de la compositora e incluso dedicatorias de grandes artistas con los cuales trabajó.

Salvador usaba palmitos para plasmar recuerdos de algunas de las representaciones musicales que compuso. Uno de estos abanicos es "El ruiseñor y la rosa", que representa la obra de Óscar Wilde estrenada al Teatro Principal de Valencia en 1958.

El país de este palmito está firmado por los encargados del decorado y del vestuario de la obra, Joaquín Michavila y Alonso del Rey, respectivamente.

Otros, como por ejemplo "Recuerdos", "Escudero", "Bailarines de ballet" o "Firmas", son firmas de grandes profesionales del ballet cómo la británica Margot Fonteny, el ruso Rudolf Nureyev o el español Vicente Esteve Escudero, o los bailaores de flamenco Pedro Lorca y Roberto Iglesias, entre otros.

Igualmente trascendente es lo palmito "Isis", que representa la diosa egipcia del mismo nombre. El abanico está pintado (y dedicado a la compositora) por Ángeles Ballester del Grupo Los Siete.

Esta agrupación tuvo una gran incidencia en las primeras huellas del arte de vanguardia valenciano de los años 1948-1954. Además de Ballester, integraban el grupo de artistas de renombre cómo Vicente Castellanos, Vicente Ahijado, Juan Genovés, Vicente Gómez, Ricardo Hueso, Juan Bautista Llorens, José Masiá, Joaquín Michavila y Eusebi Sempere.

En la colección de Matilde Salvador hay también abanicos conmemorativos, cómo "Homenajeo de Aldaia a Matilde Salvador" (23 de octubre de 1988) pintado por Carmen Matéis, así como otros con pinturas que evocan acontecimientos culturales en los cuales participó la compositora, como por ejemplo el Certamen de Guitarra de Benicasim, el ballet "Blancanieves" o la obra "Los títeres de cachiporra de Federico García Lorca"; o bien palmitos con dedicatorias de artistas cómo Francio Montesinos o Joan Cercara e incluso de grandes figuras del toreo.

 

Exposición Regional de 1883

En las nuevas adquisiciones del MUPA destaca la entrega de Penélope Garrido, que ha cedido 137 piezas de la colección particular de sueño pare, Francisco José Garrido, caladero de Mislata el cual trabajó para talleres de Aldaia y Valencia entre las décadas de 1960 y 1990.

Se trata de una caladora manual de madera y otra eléctrica de 1972 usadas por el mismo Garrido, además de 135 palmitos de tipología floral, escenas galantes, regionales y ceremoniales (comunión, boda y luto). Son palmitos españoles e italianos de los siglos XIX y XX, la mayoría hechos a Aldaia.

De todos ellos merece la atención el abanico "Exposición Regional de Valencia 1883". Se trata del palmito publicitario de la Exposición Regional de Agricultura, Industria y Artes organizada aquel año por la Real Sociedad de Amigos del País con objeto de mostrar el desarrollo económico valenciano y facilitar los intercambios comerciales y los adelantos tecnológicos.

Igualmente, en la colección de Garrido encontramos varios palmitos de estilo modernista, entre los cuales sobreïxen por su atípica temática "La chica del farolillo" (1910) donde aparece una joven llevando una farola de grandes dimensiones; y "La temperatura"(1920), con una escena de dos niños helados de frío que intentan encender una hoguera.

 

Palmitos con teles recicladas

De un estilo más actual e innovador son los 46 palmitos aportados por Mireia Fernández, hechos la mayoría de ellos en 2020, entre los cuales destacan abanicos de novia diseñados por Patricia Avendaño, florales abstractas del diseñador Alejandro López, combinados con plumas de colores, así como los realizados con país de teles recicladas cosidas por Gloria Sánchez.

 

Abanicos en tiempos de pandemia

Finalmente, destaca el palmito "Priscila o el jardín colorido", cedido por Montserrat Navarro. Una pieza exclusiva y única elaborada por los artesanos Blay Villa de Aldaia durando los meses de fuertes restricciones debido a la Covid-19.

Este abanico tipo pelea está hecho de nácares de Tahití tintados en frío, con combinaciones de colores azules, verdes y rosas que forman un conjunto de gran originalidad. Las varillas de motivos florales presentan un trabajo muy sofisticado, puesto que están caladas, tajadas y cuidadosamente adornadas con la técnica del buril.

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