Bajo el título de Gran Winner que obtuvo al ganar el oro en la Liga Nacional el pasado año, Carlos Huertas lo ha vuelto a lograr: el pasado mes de diciembre se proclamó campeón autonómico de parakárate, lo que le ha dado el pase para el 51 Campeonato de España que se celebra durante los días 18 y 19 de enero en Leganés. Y lo hace, además, con grandes expectativas de obtener una plaza para el próximo Campeonato de Europa, en el que podría revalidar su título como vigente campeón.
Carlos tiene 26 años y ya es doble campeón autonómico, doble subcampeón de España, campeón de Europa y tercero del mundo. Pero no se conforma. Este deportista, que se inició en el mundo de las artes marciales a los cuatro años por recomendación médica, al presentar problemas de coordinación, disputará este fin de semana el Campeonato de España de Parakárate, que se celebra en Leganés los días 18 y 19 de enero.
El objetivo de esta competición es ganar o, al menos, quedar entre los tres primeros, ya que esto le daría plaza para el próximo campeonato de Europa, que se celebra en Azerbaiyán a finales de marzo y que, por supuesto, también quiere ganar. Y no sería la primera vez. «Aunque quedara cuarto en el de España, dado el currículum que tiene, aún tendría posibilidades para clasificarse, ya que la Federación siempre cuenta con él», apunta Pepe Claramunt, su entrenador desde hace más de 20 años. Sin embargo, van a por todas. «Tengo muchas ganas de ir, competir y quedar primero, y si no, segundo, pero voy a por el oro», asegura Carlos Huertas.
De subir al pódium en el Campeonato de España en Leganés y quedar en primera o segunda posición en el próximo europeo, el joven obtendría plaza para el Campeonato del Mundo, que se celebra en Dubai en noviembre de 2020.
Puede parecer que apuntan muy alto, pero con un entrenamiento diario de dos horas y media y un medallero impresionante, Carlos ya ha demostrado que puede lograrlo. «Yo creo que tiene muchas posibilidades de ser campeón en esta competición», destaca su entrenador, que explica que a pesar de su discapacidad, el joven se siente bastante seguro y ha aprendido a controlar bien los nervios.
Esto se consigue con mucho esfuerzo y entrenamiento, «pero no solo físico y técnico, sino también emocional», apunta Pepe Claramunt, destacando que «estas personas tan especiales necesitan también un tratamiento especial y hay que aportarles seguridad para que esta sea sinónimo de éxito».De momento debe enfrentarse a los 22 contrincantes de este campeonato, que se dividen en dos tatamis. De este modo, ha de vencer a los 10 karatekas del tatami donde le sitúen para enfrentarse en la final contra el vencedor del otro grupo. Es difícil, pero «quiero quedar primero», asegura Carlos, que concluye: «¡A tope!».